Hace unos días comí con Susana, que hacía bastante tiempo que no veía, por lo que aprovechamos para ponernos al día. Y, como no podía ser menos, después de una grata comida, siempre se agradece un rico postre. En esta ocasión me animé a hacer un bizcochillo de boniato y almendras. Para mí es muy agradable (¡y sano!) elegir siempre productos de temporada y nacionales. En este caso, los boniatos son de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), aunque realmente estoy más acostumbrada a los de Conil (también Cádiz). Sin embargo, no he llegado a notar la diferencia. En fin, volviendo con el bizcocho, es muy jugoso, dulzón y con una textura diferente, pues parece que estés comiendo un pudin.
¡Os animo a que hagáis dulces con verduritas! Si tenéis peques en casa y comen bien los dulces, ¡no lo notarán!
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