Esta semana ha sido el cumpleaños de mi amiga Rocío, que vive en Mahón, y había que preparar algo para la ocasión ya que ha coincidido que ha venido a casa a pasar unos días. Cuando hice el bizcocho de mayonesa le llamó la atención, así que ni corta ni perezosa, me puse manos en la masa. Sin embargo, como éramos sólo dos, me decanté por hacer unas magdalenas en vez de un bizcocho. Bien es cierto que podía elaborar uno pequeño, pero ya hacía bastante tiempo que no preparaba unas magdalenas.
Antes de merendar hicimos una pequeña ruta de senderismo a la vera del río Pedras. Lo cierto es que es muy agradable a la vista y se respira paz y tranquilidad. Sin embargo, para poder realizarla por completo, es necesario que sea verano, ya que hay que esperar a la bajada del río para poder pasar, por lo que tuvimos que dar un rodeo para poder continuar.
Tras tres horas y media aproximadas de ruta (eso sí, fuimos con tranquilidad y disfrutando del paisaje), llegamos a casa y merendamos. Acompañamos a las magdalenas con un delicioso té moruno. Ellas estaban decoradas con merengue y almendra crocanti. Ya sé que en el mundo de la repostería son llamadas "cupcakes" pero, sinceramente, yo prefiero un nombre más castizo, más español a pesar de ser más largo. Por ello las llamo magdalenas decoradas. Tal y como ya os he comentado, la masa está elaborada con mayonesa y son sencillamente muy jugosas y tienen un sabor espectacularmente suave que engancha. Por el colorcillo, podéis ver que llevan chocolate pero son muy suaves y muy, muy viciosas.
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