miércoles, 15 de enero de 2014

Roscas de Conil


      Este año no lo he empezado con muy buen pie. Un catarro me ha tumbado en estos primeros días del año y por eso no he podido hacer ningún dulce pero, ¡espero que a partir de ahora todo cambie!

     He querido estrenar mi año repostero con un postre de mi infancia: ¡las roscas de Conil! Hace ya muuucho tiempo, Petra (una vecina de una amiga de mis padres) nos dio una gran fuente con unas roscas que a todos en casa nos encantaron. Son muy sabrosas aunque tienen una textura considerablemente dura (no son nada esponjositas), pero se arregla si tenéis una buena dentadura o si las mojáis en leche o en cualquier otro líquido, jajajajaja.





      Nos gustaron tanto que le pedimos la receta a Petra y, tan pronto como la tuvimos en nuestras manos, la preparamos. Sin embargo, la guardamos con tanto celo que no recordamos dónde la pusimos. Y fue pasando el tiempo, mucho tiempo y este año le pedía a mi madre que si iba a Conil, que le pidiera de nuevo la receta a Petra. Y yo, que este septiembre me digné a volver al sur, encontré de pura casualidad la receta. Así que al final nos juntamos con dos tras más de quince años.





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