La semana pasada estuve en casa de mi prima Inés y me invitó -tal y como lo hace habitualmente- a un té. Siempre pone algo de picar, pero ese día tenía un postre especial: una tarta de quesitos. A mí me gustó mucho y enseguida le pedí la receta. Yo suelo hacer tarta de queso fría, la típica con base de galletas; sin embargo ésta se hornea. Asimismo, me llamó la atención el hecho de que fuese de quesitos y no de queso de untar, que es lo que "creo" que se utiliza con mayor frecuencia.
Se trata de una receta sencillísima y, desde mi punto de vista, muy sana, aunque no es apta para personas intolerantes a la lactosa (a menos que sustituyan los lácteos por aquéllos que hay en el mercado aptos para ellos, aunque no sé qué consistencia ni qué textura ni qué sabor quedará). Empecemos con los ingredientes, pero antes he de añadir que las medidas que emplearemos serán las del recipiente del yogur que elijamos:
- 5 quesitos - 1 yogur de azúcar
- 4 huevos - 1 yogur de leche
- 1 yogur natural - 1 yogur de harina
- 1 sobre de levadura - 200 ml. de nata
Lo único que tenemos que hacer es:
- Precalentar el horno a 210º.
- Colocar todos los ingredientes en un bol y mezclarlos con una batidora.
- Verter sobre un molde (no hace falta engrasar).
- Y, finalmente, hornear a 180º sobre una hora aproximadamente. El tiempo de horneado dependerá del horno que tengamos en casa. Por si acaso, a partir de los 45 minutos podéis ir pinchando con un palillo. En el momento en el que éste salga limpio, estará listo.
- ¡Y a comer!
No hay comentarios:
Publicar un comentario