Ya hace más de un mes que tendría que estar publicada esta entrada, sin embargo la metereología no me lo ha permitido. A mediados del mes pasado fue el cumpleaños de mi madre y queríamos hacer una comida especial: ¡Teníamos la intención de cocinar carne en el horno de barro! Pero el tiempo no nos daba tregua y casi no ha parado de llover desde aproximadamente diciembre, por lo que prácticamente ha habido fin de semana de lluvia tras fin de semana de lluvia. Así que, al final ha tocado hoy. También ha coincidido que ha sido el cumple de Anita, motivo por el que la tarta ha servido para celebrar dos cumpleaños.
La susodicha es un bizcocho avainillado relleno de "butterswiss de crema de avellanas" (lo que por estas tierras llamaríamos una crema de mantequilla y avellanas, pero parece que en este mundillo queda mejor la terminología extranjera). Lo he cubierto con chocolate blanco y lo he decorado con unas "bizcobolas" (esta palabrilla me encantó cuando la vi en el blog de mi amiga Kitty > sweetpatissie.blogspot.com), que no son más que -obviamente- bolas hechas con bizcocho. En este caso son de un bizcocho de chocolate al vino tinto y ganaché de chocolate.
Si alguien tiene curiosidad por ver el horno de barro que, por cierto, hizo mi padre (sin ser albañil ni nada por el estilo), sólo tiene que continuar y ver la siguiente foto.
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