¡Hola a tod@s!
Feliz verano y también felices vacaciones, pues imagino que antes o después tendréis algún día de descanso prolongado a lo largo de estos meses. Tal y como prometí, vuelvo con mi afición repostera en el veranito.
El pasado día veintiséis fue Santa Ana y lo celebramos con una comilona a la que, evidentemente, no podía faltar un postre. En esta ocasión elegí un clásico fresquito: tarta de queso horneada. Hasta la fecha siempre había hecho la de realización en frío (la que no va al horno), pero ambas están muy ricas.
Hace unos meses mis chicos del CEPA de Pozuelo me regalaron un libro de repostería: "El rincón de Bea" y, tal y como les prometí, tenía que hacer alguna receta ¡y no va a ser la única! Es un libro variado e interesante, aunque para mi gusto se le puede sacar un mayor rendimiento a lo largo del invierno ya que hay muchos bizcochos y, personalmente, prefiero postres más fresquitos para estas fechas: tiramisú, helado, tarta de queso, mousse...
A la receta de Bea le añadí mermelada de fresa casera (podéis ver la receta aquí: http://golosatentacion.blogspot.com.es/2013/04/mermelada-de-fresa.html) y unas florecillas.